X Congreso del Pr
Roma, 31 de octubre, 1, 2 de noviembre de 1971

La interrupción del tema del Concordato sufrida a lo largo del año, la escasa capacidad de penetración y de iniciativa mostrada por la Liac, cuyos componenetes heterogéneos fueron absorbidos rápidamente por las lógicas de sus respectivos partidos, el empeoramiento de la situación política en su totalidad - una situación "caracterizada por el peligro de una grave cerrazón autoritaria en el seno mismo de la izquierda italiana" - hicieron que el Partido radical convocase su congreso de Roma en 1971 considerando una posible disolución de su propia experiencia organizativa. Los radicales estudiaron a lo largo del Congreso la posibilidad de disolver el Partido como así mismo la de reanudar sus luchas. En realidad, hubiesen tenido que ser los participantes no radicales en el congreso los que respondiesen, adumiéndose la responsabilidad de proporcionar un mayor apoyo militante al partido y a sus fuerzas activas, que, en ese momento, parecían estar duramente sometidas a prueba y parecían ser insuficientes para garantizar la prosecución de las iniciativas en curso al igual que un crecimiento adecuado para afrontar la gravedad de la situación política. La moción afirmó que "por debajo del umbral de mil inscritos y de veinte millones de presupuesto anual, el Partido radical no puede tener la presunción ni la esperanza de representar una dimensión válida de partido laico que satisfaga la necesidad de llevar a cabo una batalla contra el régimen".

El Congreso afrontó también el tema del referéndum para la abolición de la ley sobre el divorcio. Los radicales recordaron que fueron los únicos que se opusieron tenazmente a la iniciativa clerical que se proponía privar a Italia de una ley de tan alta importancia humana y civil. Y sin embargo, decidieron comprometerse para hacer que el referéndum se "celebrase y se afrontase" y contrastar todo intento de compromiso que pudiese ser propuesto para evitarlo, alterando la ley Fortuna.

El Congreso eligió secretario a Angiolo Bandinelli y tesorero a Giuseppe Ramadori.

MOCION GENERAL

El X Congreso nacional del Partido Radical, reunido en Roma los días 31 de octubre y 1 y 2 de noviembre de 1971,

estudiada la situación organizativa del Partido y el estado de las luchas laicas y liberales en las que el Partido está comprometido; aun siendo consciente de la gravedad de la situación política actual, caracterizada por el peligro de una cerrazón autoritaria en el seno de la izquierda italiana susceptible de perjudicar durante mucho tiempo cualquier posibilidad de desarrollo de dichas luchas; subraya que el desarrollo de sus trabajos ha demostrado por vez primera a lo largo de estos años una importante consolidación política y una extensión organizativa del Partido radical concretada con un incremento de más del 50&% de los militantes inscritos que se ha verificado en poquísimas semanas;

subraya la posibilidad de disolver el partido, hipótesis que sólo puede impedirse y superarse con:

a) el profundo y riguroso debate congresual, que ha relevado una larga unidad en los análisis y en las evaluaciones sobre las tareas y las responsabilidades del partido;

b) la contribución positiva del informe del compañero y diputado Fortuna, en donde ha anunciado la propuesta de temas fundamentales el programa radical y laico - como el del derecho y el de la práctica de la pluralidad de inscripciones de militantes laicos en el abanico de los partidos de izquierda - a parlamentarios y afiliados al Psi y otras fuerzas;

c) el sintomático dato proporcionado por compañeros de formaciones tradicionales y parlamentarios de la izquierda, que se han sumado y se han comprometido inmediatamente con el Partido radical; el Partido decide comprometerse y utilizar toda enegía de los laicos y de los liberales políticamente organizados para aplicar la carta estatutaria y para continuar el proceso de consilidación política y organizativa del Partido, que en estos momentos - y no por elección propia - se presenta como la única hipótesis constitutiva y representativa de ese "partido laico" en Italia que, a pesar de estar compuesto por masas de ciudadanos independientes y por minorías consistentes de los partidos tradicionales de la izquierda y también por los movimientos extraparlamentarios, no encuentra otra estructura ni fuerza adecuada;

constata que una confrontación decisiva con el régimen y con las clases dirigentes de la izquierdas, subalternas del régimen e intérpretes e instrumento de éste en el movimiento democrático de clase, socialista y liberal, debe ser afrontado actualmente por el "partido laico" y, en primer lugar, por el Partido radical con los movimientos federados a él, conectados o que estén de acuerdo al respecto y con motivo del referéndum abolitivo del divorcio y de la lucha contra el Concordato, lucha de carácter urgente también debido al intento de la Democracia Cristiana y de los partidos laicos y parlamentarios de ratificar los Pactos lateranenses.

El X Congreso del Partido radical, consciente del carácter decisivo de esta confrontación, aplaude a la Lid por la oposición presentada contra la petición de un referéndum debido a la manera en que había sido presentada y apoyada por las fuerzas de la iglesia, y a causa de las implicaciones constitucionales, de ética democrática, morales y civiles que dicho referéndum comporta, y a los parlamentarios que han apoyado y expresado las mencionadas posturas en el Parlamento;

toma nota de que la actitud de los partidos laicos parlamentarios, en Primer lugar el Pci, se ha decantado a favor de la iniciativa clérigo-fascista del referéndum; y que el Pci lo único que ha contrapuesto a la iniciativa clerical ha sido la perspectiva de una abolición y una alteración de la ley Fortuna, sin razones ni garantías. Por consiguiente, el Partido radical considera que hay que celebrar el referéndum, si el Tribunal Constitucional lo permite.

El partido radical propone a todos los militantes comprometidos en las luchas laicas y libertarias, y en particular las compañeras y los compañeros de la Lid, de la Liac, del Alri, de los grupos antimilitaristas, o pertenecientes a los partidos y a los grupos políticos de la izquierda italiana, de gobierno y de oposición, parlamentarios y extraparlamentarios, a considerar que sus batallas específicas forman parte de un único enfrentamiento entre el régimen y una política clara de alternativa democrática, laica y socialista que hay que propugnar.

El Partido radical, al subrayar que la fuerza de los partidos de régimen está en estos momentos totalmente movilizada para desconcertar toda alternativa laica y liberal y que dicha fuerza no puede y no debe ser infravalorada por la existencia y el futuro de las batallas radicales en el país, afirma que la posibilidad histórica de afrontarla políticamente y de contrastarla y vencerla está vinculada a un ulterior, decisivo y urgente refuerzo del Partido radical, sin el cual dicha batalla no sería más que un mero testimonio o hecho moral, política e irremediablemente perdido.

Los tiempos de esta consolidación dependen de la batalla en que se está llevando a cabo. La reflexión y el análisis de los datos objetivos realizados por el Congreso lleva a considerar que por debajo del umbral de mil inscritos - según el estatuto - y de veinte millones de presupuesto anual, el Partido radical no puede tener la presunción ni la esperanza de representar una dimensión válida de partido laico que satisfaga la necesidad de llevar a cabo una batalla contra el régimen.

Asímismo constata que cada vez es más urgente llevar a cabo una iniciativa concreta política y de masa para conquistar derechos civiles fundamentales, como los correspondientes a la liberación de la mujer y de la sociedad y en particular la liberalización del aborto. Dicha batalla deberá basarse en una estrecha colaboración operativa de los órganos estatutarios y de todos los militantes del Partido radical con el movimiento federado de liberación de la mujer.

En particular, el X Congreso indica los siguientes objetivos para el 1987:

1) seguir preparando las condiciones para el desarrollo en 1974 del referéndum abolitivo del Concordato sobre todo en lo que se refiere al mundo del trabajo, a las oficinas, las fábricas, el campo y en el colegio, apelando a la responsabilidad política de las fuerzas sindicales, laicas y democráticas, solicitando la acción de aquellos individuos y núcleos de creyentes que pretenden luchar contra el abuso clerical del conocimiento religioso;

2) apoyar la protesta y la abolición de la festividad del 11 de febrero y la acción para el rechazo de la enseñanza religiosa en la escuela, siendo éstos momentos y medios de lucha unitaria contra el Concordato;

3) reforzar el compromiso antimilitarista del partido:

a) patrocinar la 6¦ marcha antimilitarista Milán-Vicenza en conexión con las organizaciones internacionales y extranjeras;

b) convocar el 4§ Congreso antimilitarista;

c) apoyar la aprobación en comisión o en aula del proyecto presentado por el diputado Fracanzani u otra cosa que por lo menos permita el reconocimiento para todos y por todo motivo de la objeción de conciencia, que no prevea comisiones de investigación, que el objetor que lleva a cabo el servicio civil no esté sometido a la jurisdicción militar y que decrete la detracción de los gastos del servicio civil alternativo del presupuesto de Defensa.

4) Continuar la acción emprendida por el Partido radical, promover la lucha a favor de una libertad de prensa efectiva puesto que en la actualidad se halla gravemente amenazada por la represión a nivel judicial, y apoyar el proyecto de ley propuesto por el Pri con respecto a la supresión del gremio de periodistas.