Carta
a de los amigos del Tibet
Queridos amigos/as:
Hace más de nueve meses que nos reunimos, en número de unos 250, en Bruselas,
para intentar definir entre todos las iniciativas a emprender de forma
coordinada sobre una cuestión que nos preocupa a todos, la del Tíbet.
Al término de dos jornadas de sesiones, decidimos, en particular:
Olivier Dupuis
"1) Iniciar una campaña dirigida a todos los parlamentos nacionales de
Europa para que adopten lo antes que sea posible resoluciones parlamentarias
semejantes a la aprobada por el Parlamento Europeo, en las cuales, en
especial, requieran a sus gobiernos respectivos "reconocer al gobierno
tibetano en el exilio si, en un plazo de tres años las autoridades de
Pekín y el gobierno tibetano en el exilio no llegan a un acuerdo sobre
un nuevo estatuto para el Tíbet a través de una negociación organizada
bajo la égida del Secretario General de las Naciones Unidas" y a multiplicar
las iniciativas para que la manifestación del próximo 10 de Marzo represente
una gran ocasión de movilización en ese sentido;
2) Emprender una nueva campaña dirigida a las decenas de miles de ayuntamientos
europeos dirigida a la exhibición permanente de la bandera tibetana hasta
que ese nuevo estatuto de autonomía para el Tíbet haya entrado en vigor;
3) Movilizarse con el fin de que la Unión Europea y sus Estados miembros
prosigan el diálogo con la RPCh, pero olvidando la política denominada
"de diálogo crítico sobre los derechos humanos", y hagan de la instauración
de la democracia, del Estado de Derecho y de la libertad en China y en
los territorios ocupados del Tíbet, de la Mongolia Interior y del Turquestán
Oriental su prioridad política absoluta, y la defiendan en todos los foros
bilaterales y multilaterales, empezando por la Comisión de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas;
4) Multiplicar las iniciativas orientadas a crear un movimiento mundial
que agrupe a todos los que, en el Tíbet, en China y en el resto del mundo,
han decidido hacer de la lucha para la instauración de la democracia y
el estado de derecho en China y de la libertad en el Tíbet, Mongolia Interior
y el Turquestán Oriental una de las prioridades absolutas de su compromiso
político;
Para ello, los participantes en el Seminario deciden:
5) Plantearse como primer objetivo de la nueva campaña 'una bandera para
un nuevo estatuto de autonomía plena para el Tíbet', la exhibición permanente
de ésta, antes de seis meses, en mil ayuntamientos europeos;
6) Dotarse, a través de la apertura de un 'site' en Internet específico,
de un espacio común de reflexión denominado "Euro Tíbet forum";
7) Crear un grupo de trabajo sobre la situación económica de la RPCh y
sobre las relaciones sino-europeas.;"
¿Qué resultados hemos obtenido?
3 regiones, 2 provincias y 104 ayuntamientos europeos han decidido hasta
la fecha participar en la campaña cuyo objetivo es exponer de forma permanente
la bandera tibetana. Las regiones italianas de Piamonte, Toscana y Lombardía,
las provincias italianas de Florencia y Cremona y 43 ayuntamientos italianos,
34 franceses, 18 húngaros, 4 españoles, 3 albaneses, 1 suizo y 1 croata.
Poca cosa si se compara con los más de mil ayuntamientos europeos que
se adhirieron en cuestión de pocas semanas a las campañas convocadas con
vistas a las celebraciones del 10 de Marzo de 1996 y 1997: Menos aún si
pensamos que en Europa hay más de 60.000 ayuntamientos... Lejos, de cualquier
forma, del objetivo de mil ayuntamientos en seis meses que nos habíamos
planteado...
En Enero, nuestro amigo Patrick Bonnassieu, de Lyon, propuso iniciar una
campaña semejante orientada a los ciudadanos. Una iniciativa que fue bautizada
como "una bandera en la ventana", y que me pareció, a mí y a otros, capaz
de reforzar la campaña que entre todos habíamos decidido emprender en
Bruselas. Hoy, gracias principalmente al empeño de Patrick y de Dan Golfier
de Millau, algo más de 600 particulares se han sumado a la iniciativa.
La mayor parte en Francia, pero también en otros países de Europa, así
como al otro lado del Atlántico. Un resultado notable, si consideramos
que es el fruto, sobre todo, del trabajo de muy pocas personas. Un resultado
sumamente mediocre si lo comparásemos con la cifra de personas que trabajan
día tras día por la libertad del Tíbet y que podrían colaborar con la
iniciativa... ¡si estuviesen al tanto de ella!
¿Porqué unos resultados tan decepcionantes? Creo que una de las razones
reside, sin duda alguna, en la decisión que algunos han tomado de plantear
a los alcaldes de "escoger" entre la exposición de la bandera tibetana
en permanencia o sólo para el 10 de Marzo... con el previsible resultado
de que muchos de nuestros amigos alcaldes hayan creído preferible no comprometerse
en una operación que les implicaba más y confirmaron, de forma más o menos
rutinaria, su adhesión a la campaña exclusivamente para el 10 de Marzo.
El viejo proverbio que dice que el que poco pide poco obtiene se ha visto
claramente confirmado.
Pero la razón más importante no es ésa. Lo que nos ha faltado, a todos,
durante estos diez últimos meses, ha sido la convicción de la justeza
del objetivo que nos habíamos fijado. Un objetivo que no es sino el de
trabajar para que se refleje en hechos institucionales concretos -empezando
por las regiones y los ayuntamientos para seguir subiendo a continuación
hacia los parlamentos nacionales- la resolución del Parlamento Europeo
del pasado 6 de Julio.
Resolución, que, recordaréis, requería (y sigue requiriendo) " al Consejo,
a la Comisión y a los Estados miembros que hagan todo lo posible para
que el Gobierno de la República Popular de China y el Dalai Lama negocien
un nuevo estatuto para el Tíbet que garantice la plena autonomía de los
tibetanos en todos los sectores de la vida política, económica, social
y cultural, con las únicas excepciones de la política de defensa y de
la política exterior;"
Y que:
2. " que examinen con detenimiento la posibilidad de reconocer al Gobierno
tibetano en el exilio como legítimo representante del pueblo tibetano
en caso de que, en un plazo de tres años, las autoridades de Pekín y el
Gobierno tibetano en el exilio no llegaran a un acuerdo sobre un nuevo
estatuto para el Tíbet mediante negociaciones organizadas bajo los auspicios
del Secretario General de las Naciones Unidas; "
Hoy, seguimos en ello. El Parlamento Europeo sigue estando solo. Y es
un Parlamento que, como sabéis, en cuestiones de política exterior no
tiene más poderes que los de invitación y de presión. Sólo tres parlamentos
regionales, dos asambleas provinciales y 104 ayuntamientos han adoptado
hasta el día de hoy, la postura del PE. Ningún parlamento nacional, ni
Europa ni en otra parte, ha aprobado algún texto semejante que obligue
a su gobierno a plantear al gobierno de Pekín que no hay ya lugar a declaraciones
floridas ni siquiera a promesas de autonomía, que sólo se atendrán en
el futuro a hechos concretos y que en ausencia de esos hechos esos gobiernos
se verían obligados a extraer las consecuencias que se imponen, es decir,
a proceder al reconocimiento oficial del gobierno tibetano en el exilio.
Mientras tato, la situación en el Tíbet sigue como estaba. Mal, muy mal.
Mientras que en Pekín no cambia nada, si no es que los oligarcas estén
cada día más arrogantes, más despectivos y más feroces, más decididos
en su política de represión. En el Tíbet, en el Turquestán, en la Mongolia
Interior y en toda China, los militantes del Partido Democrático, los
internautas, los miembros del movimiento Falun Gong sufren una represión
que no tiene precedentes en los últimos años. Todos los días traen su
cuota de arrestos, de ejecuciones, de destrucción...
Y cada cual, a falta de esta convicción de compartir un objetivo común
y de trabajar hombro con hombro en su realización, se lanza tras la iniciativa
que en cada momento dado le parece la más "prometedora", la más "mediática",
la más "simpática", o, lisa y llanamente la más "urgente". Y se implica
en la en la campaña sobre la escuela de guías, en la contraria a los Juegos
Olímpicos, en la que se opone a la construcción de la nueva línea ferroviaria...
para terminar con ideas de campañas francamente discutibles, como la de
oponerse a la telefonía móvil (¿porqué los tibetanos no tendrían derecho
a ella?), o sumamente improbables, como la del boicot a los juegos siete
años (nada menos) antes de su comienzo. ¿Acaso no hemos perdido la campaña
contra la adjudicación de la celebración de los juegos a Pekín? En ese
caso corresponderá a los demócratas "de casa" que apoyaron la candidatura
de Pekín el hacer en el 2006-2007 el balance del "efecto JO" sobre la
evolución de la situación en China. ¡Y en caso de resultado negativo,
a ellos les corresponderá en primer término, llamar al boicoteo de los
juegos!
Vais a pensar que tengo un punto de vista particularmente negro de la
situación. Es verdad que no he tenido este año la oportunidad formidable
de compartir, de intercambiar reflexiones, ideas, proyectos, como durante
la marcha transalpina por el Tíbet del verano pasado. Pero no es que tenga
pensamientos negros. Intento sólo encarar fríamente, con vosotros y gracias
a vosotros, la situación en la que estamos, el estado de avance de nuestro
proyecto, y, lo que es mucho más importante, la situación en que están
nuestros amigos tibetanos.
En este panorama sombrío hay naturalmente elementos positivos, como la
participación de dos ONGs tibetanas en la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el racismo en Durban, la próxima visita el Dalai Lama al
Parlamento Europeo, en la que por primera vez dirigirá la palabra al conjunto
de los diputados en sesión plenaria. Pero, sobre todo se ha producido
un hecho nuevo e importante. Los tibetanos en el exilio (los únicos que
pueden votar libremente) han elegido por primea vez a su primer ministro.
Y no cualquiera. Es el presidente saliente del Parlamento tibetano en
el exilio, nuestro amigo el profesor Samdhong Rimpoché. Un nuevo primer
ministro cuyas primeras declaraciones, justo tras su elección, fueron
extremadamente claras: se mostró dispuesto "al inicio de una lucha por
la independencia total del Tíbet si China rechazaba la apertura de un
diálogo sobre una autonomía verdadera antes de tres años" (AFP, 20 de
Agosto de 2001).
Una palabra más sobre la noviolencia. La noviolencia no es, o no es tanto,
una manera de ser. Es, debe ser, un modo de actuar. Y el "satyagraha"
del que tanto hemos hablado y sobre el que hemos reflexionado mucho, en
1996 y 1997 con el profesor Samdhong Rimpoché, no es otra cosa que la
puesta en práctica de ese "modo de actuar".
Tenemos el objetivo. Es el que el Dalai Lama no se cansa de repetir, una
autonomía plena y verdadera para el Tíbet. Somos decenas de millones en
el mundo los que pensamos que la solución de la cuestión del Tíbet es
prioritaria. Nos falta organizarnos mejor para actuar con más fuerza y
eficacia, en primer lugar, allí donde estemos directamente implicados,
en nuestros países, frente a nuestros gobiernos y parlamentos, en dirección
de quienes nos gobiernan. Ellos son nuestros principales interlocutores.
No, por supuesto, los oligarcas de Pekín, que no responden ni ante sus
ciudadanos mi menos aún a los principios de la democracia y del Estado
de Derecho, ni siquiera, en último término, ante sí mismos, sino exclusivamente
a la lógica del poder. Es a nuestros gobiernos a quienes debemos llevar
a asumir una política coherente con los principios y los valores de los
que se reclaman la libertad, la democracia y el Estado de Derecho.
A menos que se prefiera esperar a que las autoridades chinas que intensifican
su campaña de hermanamiento de localidades en Europa lleguen a ocupar
todo el terreno, debemos relanzar la "operación bandera", una iniciativa
aparentemente folclórica -y que corre el riesgo de no superar esa faceta-,
la iniciativa de mociones y resoluciones en los ayuntamientos, parlamentos
regionales y nacionales, una iniciativa aparentemente marginal -y que
corre el riesgo de no superar esa fase-. Pero que pueden, podrían, convertirse
en el terreno sobre el que plantar y hacer crecer el "satyagraha" mundial
por la libertad del Tíbet.
Bruselas, 22 de Septiembre 2001.Retomo, y no sin dificultad, la redacción
de esta carta, que estaba a punto de acabar en el momento de la terrible
tragedia de Nueva York y Washington. Todo es un poco más "negro". No sé
si a vosotros, pero sé que en lo que a mí respecta voy a necesitar tiempo.
Y ya se multiplican los "efectos colaterales". Las demandas de visados
para nuestros amigos chechenos se retrasan y languidecen. Se multiplican
los "buenos" consejos de dejar para momentos más oportunos tal o tal otra
iniciativa sobre cuestiones que tocan, de cerca o de lejos, a nuestros
amigos de religión musulmana. Los halcones del Kremlin y de la Ciudad
Prohibida se congratulan sin vergüenza de la tragedia, que les permite
presentar a sus terrorismos de estado como otros tantos combates contra
"sus" terrorismos uigur, checheno, tibetano... Nuestros gobiernos se encierran
en respuestas defensivas "seguritarias", olvidando que dos tercios de
la humanidad están gobernados por dictadores, caldo de cultivo de todos
los terrorismos. Estamos, pues, muy lejos de una movilización general
para atacar el mal en sus raíces. Estamos lejos de una gran ofensiva de
información y de subversión noviolenta a través del conocimiento y la
no-complicidad activa, para minar desde dentro y desde fuera esos regímenes
autocráticos y criminales que oprimen hoy a Lhassa, Grozny, Pekín, Urumchi,
etc.
Disculpad la falta de brevedad.
Saludos.

Olivier Dupuis, eurodiputado
Secretario General del Partido Radical Transnacional
PS: El Tíbet está lejos. Chechenia
también, aunque algo menos. Dos tragedias, claro que muy diferentes en
muchos aspectos, pero también muy semejantes. Dos países, dos pueblos
oprimidos, uno desde hace cincuenta años, el otro desde hace dos siglos.
Dos pueblos diezmados que se resisten a la feroz empresa colonial de los
dos últimos grandes imperios (deberíamos también empezar a hablar de otro
imperio menos conocido en cuanto que tal, el de Indonesia, y que nos ocupásemos
de sus pueblos oprimidos, empezando por los papúes). Aunque viendo la
complicidad que reina entre los amos de esos imperios sobre las cuestiones
de los territorios y los pueblos que ocupan, se puede pensar que un proceso
de descolonización en uno de ellos, tendría serias consecuencias en el
otro. Una razón de más para que no nos olvidemos de Chechenia.
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